viernes, 5 de enero de 2007

L´herborista de la cantonada-. ADIVINA ADIVINANZAtercer

___Tercera entrada. Los interesados en leer en orden las diferentes entradas, debe de hacerlo a la manera de Wagner, cuya Tetralogía fue compuesta en orden inverso, es decir, El crepuesculo de los dioses, Sigfrid, Die Wlaküre, y al final la primera opera, que fue la ultima compuesta, El oro del Rhin.

La ultima entrada es el comienzo del relato, la segunda es la continuación, la tercera, esta, es la continuación de lo escrito esta noche.----

------------------------------------------tercera entrada---------------------------------------

ERA-SE UNA VEZ un pueblo blanco, pequeño, acogedor, con un mar azul que orillaba las casas. La costa era conocida como dorada debido a sus arenas, de color similar al que extraían en el antiguo Oeste los buscadores de oro en los ríos.
La gente que en él vivía, daba algo que resulta difícil describir en castellano. Era un pueblo con "caliu", esa palabra tan catalana que podríamos traducir por calidez, ese sentimiento acogedor tan difícil de encontrar.
Calidez, dejar vivir viviendo sin inquietarse por los demás, o más bien preocupándose, pero sin demostrarlo. Al ser un lugar en el que era habitual ver pasear por las calles escritores famosos, estrellas cinematográficos de Hollywood, pintores conocidos, celebridades de tres al cuarto en los últimos tiempos, ya nadie prestaba atención a tales personajes.
Claro, que todo esto fue mucho antes de que la cercana ciudad fagocitara las blancas casitas, construyendo enormes bloques unidos, casi fundidos el uno al otro, de tal manera, que la intimidad ha dejado de existir en el interior de las viviendas.

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