Unos a otros se engañan.
Algo se muere en el interior.
Realidad.
Empecinados, creen sus mentiras.
Buscan todos tu secreto.
Preguntan:"¿Cuál es tu misterio?".
Respondes:"No tengo MISTERIOS".
Se revuelven inquietos.
"¿De veras desconoces NADA?".
Y tu reiteras: "NADA".
Ambos sabemos
qué están buscando;
ambos sabemos
que misterio ansían descifrar.
Desean conocer
que encontrarán tras de ti,
cuando deban seguirte
en la interminable danza
que tienes programada.
No ignoran,
que sólo cuando hayan iniciado
los rítmicos pasos
del minueto final,
llegará la OMNISCIENCIA?
¿Está después de ti Dios?;
¿está la Nada?.
¿Acaso Dios está hecho a nuestra semejanza?.
¿Acaso la Nada es agujero negro
de materia insondable?.
¿Acaso es Dios El Cosmos Infinito,
La Eterna Energía
que englobará a todos
en LA PAZ INTERMINABLE?.
¿Desbordará LA INEXORABLE PAZ
toda nuestra Energía,
transmitiendo ancestrales recuerdos
inexistentes
a otras formas de vida?.
Me engaño,
de idéntica manera
que unos y otros se han engañado.
Esta es mi realidad:
Quiero descubrir tu misterio.
¿En verdad NADA conoces de NADA?.
Entonces es cierto:
NO SABES NADA DE NADA.
2
Aquí me tienes,
libre de ataduras,
virgen y desnudo
de caducos deseos
inalcanzables.
Al fin estoy dispuesto
a compartir mi destino,
a que las anunciadas nupcias
lleguen a la consumación
del himeneo.
Espero alcanzar a través de ti,
las respuestas que en mi corazón
había,
antes que las preguntas
floreciesen en los labios.
Vengo en estado puro.
Soy esa raíz
que desdeñó convertirse en flor
para alcanzar la fama.
Sólo soy la luz deslumbrante,
cegadora,
que envuelve en las sombras
las palabras calladas
de una existencia apacible.
En los años vividos,
mi piel adquirió las arrugas
que conforman el rostro.
No encontrareis arrugas en el alma.
Siempre hubo entusiasmo y amor
hacia lo nuevo
que abría mi mente
a un desconocido renacer.
Hoy, por fin,
me concedo permiso
para poder pintar
con todos los colores
que El Supremo Pintor ha utilizado,
el paraiso que aspiro encontrar
con tu anhelante ayuda.
Amiga Amada,
ya no temo el mañana.
He vivido el ayer;
he vivido el presente;
ahora, espero alcanzar el futuro
en instantes de Paz,
cuando el céfiro
que rodea mi aura
se extinga, placidamente,
en nuestra noche de bodas.
CONSUMATUM EST.
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