Siete años después de escrito el libro, me doy permiso para dedicarlo a quién me impulsó en el año 2000 a escribirlo. Para ti, Kem-Sam, tu esposa, y sobre todo, para tu hijo. Oxaca-. Octubre.- Año 2000. Poema 33 Bien, he de irme. los amores eternos, ya sabemos que siempre han sido cortos; cortos de tiempo, jamás de intensidad o sentimiento. Los amores eternos como el nuestro, no conocerán el desgaste de la vida cotidiana, el deshacerse de la ilusión primera, el demoledor derrumbamiento de la convivencia. Me voy, y aunque me veas como ahora estoy, quiero que sepas que en mí hay alegría, y que deseo que tu también sonrías, con esa sonrisa que has aprendido a usar a través mío. No nos veremos nunca, no hablaremos más lo que ya hablamos. El dolor se irá adormeciendo, de idéntica manera que al caer el día descansa el sol esperando la mañana; y así, apaciguado, amansado, nuestro amor sobrevivirá los infortunios, y amanecerá radiante cada día, para traernos reminiscencias de un pasado cercano o muy lejano, pero siempre presente, siempre evocado, siempre en nuestros corazones, siempre en nuestro pensamiento, siempre en nosotros, ÚNICOS.
POEMA 35 No debemos olvidar que aún existe un bonsái que debemos cuidar con amoroso mimo. No hemos de olvidar que aunque transcurra el tiempo, Siempre habrá un bonsái que en nuestros corazones plantó fuertes raíces, para que velásemos por su naciente hermosura. No hemos de olvidar que pasarán los años y sólo ese bonsái suavizará la tristeza, confortando el espíritu de la vejez prendida en nuestra cabellera. No hemos de olvidar que somos ese bonsái que continua perenne, recordando el amor tan lejano y presente...
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1 comentario:
oaxaca mejicano u osaka japonés?
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