Para Puri-.
Poema 9
Aquí tienes un bonsái
amigo mío.
Lo miras, y observo que sonríes.
¡Tu primera sonrisa!.
¿Así que has comprendido?.
Mi corazón se abre a la alegría,
pues percibe que no estamos
tan lejos
el uno del otro;
que aquello que nos unió
en un principio,
la mirada perdida en mi mirada,
el corazón latiendo acelerado,
no era engaño fugaz,
sino el reflejo
de un pensamiento idéntico,
nunca expresado,
pero siempre presente
nuestro encuentro,
pero siempre presente
en nuestra ausencia.
El bonsái es para mí,
amigo mío,
lo que para ti es,
no tengo duda.
Debemos cuidarlo con cariño,
podar sus ramas con delicadeza,
acariciar sus hojas con ternura,
regar la tierra que cubre sus raíces
con placer.
El bonsái es para ti
lo que para mí es,
no tengo duda.
La amistad es el amor cortés,
y hay que cuidarla
como si ese pequeño árbol fuera;
agasajarla mostrando nuestro deleite,
acariciarla con mimo y con afecto,
atenderla con gentileza sutil,
para que no se marchite
como tantas cosas.
¡Cuántos amores perdidos
por la ausencia de un bonsái!.
¡Lástima de ellos!.
No caigamos en el error
de los demás seres.
Mantengamos bien vivo
lo que ha brotado entre nosotros,
cuando aún ignorábamos
de nuestra existencia.
Mantengamos los ojos
prendidos en los ojos,
la sonrisa que nace
en mi sonrisa,
la nueva vida que surge
entre los árboles,
la luminosidad cegadora
que nació al conocernos.
El bonsái es para ti,
amigo mío,
lo que para mí es,
no tengo duda;
cuidemos de él día a día,
sin olvidarlo,
para que al cabo de los años,
en el último soplo de la vida,
esté presente en nuestra mente,
recordándote a mí,
amigo tuyo;
recordándome a ti,
amigo mío.
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